miércoles, 25 de noviembre de 2009
TOMAS FALSAS
jueves, 19 de noviembre de 2009
LA NOCHE
Muy puntual a su cita, a eso de las ocho, el sol se esconde tras un horizonte rojo y nos deja a oscuras. Y la noche, sin ningún derroche va cubriendo el cielo con su sábana
punteada de estrellas y astros. Todo está en desorden hasta que la luna perezosa, aparece; y si está de buenas enciende su bombilla y todo se ilumina del plateado más espectacular. Y es en ese mismo momento cuando aparece el circo de las constelaciones, la Osa Mayor y su osezno pasean por la Gran Vía de estrellas, y nosotros, los asombrados terrícolas las admiramos y envidiamos desde las ventanas de nuestras casas. Y es inevitable la pregunta: “¿Quién las colocó ahí? ¿Es su destino?”
Yo os aseguro, que en la otra cara de la luna, en las noches oscuras y tenebrosas en las que los monstruos, nuestros miedos y Michael Jackson bailando “Thiller” acechan; las estrellas nacieron del polvo de las pesadillas y se colocaron allí arriba para protegernos. También he de deciros que aunque la noche parezca apagada, está llena de vida. Es una discoteca privada de animales nocturnos, en la que la luna ejerce de la gran bola de disco, y lechuzas, búhos y ratones bailan al incesante ritmo del “hu hu” y del “cri cri” que tantas veces nos saca de la cama para cerrar la ventana. Pero aparte de las fiestas nocturnas, hay algo más, están esos amantes que aprovechan la ausencia de luz para colarse por las ventanas de las casas de sus enamoradas.
La magia de todo esto acaba a las 7 aproximadamente, cuando la luna vampírica, a la que parece que le afecta el sol, se esconde tras las montañas y las lechuzas, los búhos, los ratones bailarines, los amantes y las estrellas desparecen hasta nuevo aviso. Y los humanoides nos levantamos y dejamos atrás sueños y fantasías.
Paula Retortillo. 2º B